martes, 8 de marzo de 2016

CONFESIONES DE UNA MADRE: A GETAFE A POR UNA CUNA


Hace ya una semana se puso en contacto conmigo una mamá de Getafe. Me dijo que me daba una cuna de madera y ropa.
Para mí era una estupenda noticia aunque al mismo tiempo, me planteaba un serio problema: el gasto de gasolina.
Así que estuve toda una noche entera pensando cuál sería la mejor decisión.  Sabía lo que iba a decir mi marido: que dada nuestra situación económica, era una locura asumir ese repentino gasto extra. Y realmente, era así, pero mi corazón se empeñaba en recordarme que no podía dejar escapar una oportunidad tan buena porque, desde nuestra incipiente experiencia, estamos comprobando que las cunas se solicitan siempre, porque son muy necesarias.
Por supuesto, la decisión dependía en gran medida, de mi marido que es quien lleva el coche y al final, pasó lo de siempre. Mis sentimientos se impusieron a la razón y emprendimos el trayecto hacia allí.
En realidad, me sorprendió bastante que el proyecto hubiese llegado tan lejos y esto se lo debo a todas aquellas madres que, apoyando nuestra labor, nos ayudan a difundir una y otra vez, sin calificarnos de pesadas, cada uno de nuestros mensajes. Y eso que la inmensa mayoría son peticiones, (salvo algunos de carácter informativo).
¡Gracias, gracias y mil gracias! También aprovecho este breve inciso para agradecer cada una de las valiosísimas donaciones. Creo firmemente que, para una madre, no existen límites cuando se trata de tender los brazos a cualquier niño. Y esto es así porque a nosotras, el dolor de otra madre nos conmueve. Sin embargo, el llanto de un niño nos rompe el alma en mil pedazos.
No os podéis ni imaginar lo feliz que me sentí de vuelta, de nuevo, hacia Fuencarral. Y eso que cuando traté de avisar a mi hija mayor de que se acercase al cole a por sus hermanas, por si no llegábamos a tiempo, me dí cuenta de que apenas quedaba un hilo de batería en mi móvil y lo que es peor aún, ¿Dónde estaba mi batería extra? ¡Si siempre la llevo en el bolso para este tipo de emergencias!
La respuesta es obvia. Si tenéis algún hijo adolescente y os desaparece este pequeño artilugio, no os molestéis en buscarlo. ¡Lo tiene él!  ¿Y eso? Muy fácil, ¡Lo necesitaba, "desesperadamente", para seguir chateando con sus amigos!
El caso es que con la cuna en el maletero del coche, dormí mucho mejor y esta mañana, pese a mis mejores intenciones, no pude entregársela en el colegio a mi gran amiga y compañera de proyecto.
Siempre he pensado que las cosas nunca ocurren porque sí, sino que todo tiene su razón de ser y en concordancia con mis pensamientos, cuando volví a casa con ella y procedía a sacarla una foto para subirla a la web, se me acercó una mujer y, simplemente, me rogó que si la íba a tirar que se la cediese, porque la necesitaba.
He visto una luz especial en sus ojos cuando se la he entregado y ahora, estoy convencida de que hicimos muy bien en ir hasta Getafe.
¡Imposible poner precio a la valentía de una madre que, dejando a un lado su propio sentido de la vergüenza y olvidando el qué dirán se atreve a tomar la iniciativa, a pedir, a luchar y a derribar fronteras para procurar el bienestar de su hijo!





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