Una vez más, tengo que daros las gracias a todas aquellas que,
con vuestra generosidad y empatía, habéis puesto vuestro granito de arena en una
labor llena de humanidad: tender la mano hacia mujeres que, como nosotras
mismas, ya son mamás o esperan serlo en breve pero que por circunstancias de la
vida, se enfrentan a pequeñas dificultades, entre otras, económicas.
Siempre he pensado que el dinero es un viajero empedernido y particularmente
caprichoso, unas veces viene y otras, se
va. Sin embargo y como dijo Audrey Herburn, “Con el tiempo y la madurez, descubrirás
que tienes dos manos: una, para ayudarte a ti misma y otra, para ayudar a los demás”.
PD. Durante todo este curso seguiremos necesitando ropita y enseres de bebé, leche infantil y pañales
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